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Es raro hablar de una misma, pero ¿por qué no? ¿quién me conoce mejor que yo para poder presentarme?
Hola, soy Ana Mata y estás apunto de leer cómo desde hace poco más de un mes, puse mi vida patas arriba, cogí mis maletas y recuerdos y llegué al nido.
Pero vamos a empezar por el principio…
¿Quién soy yo y de dónde vengo?
Técnicamente soy humana, pero a mi me gusta definirme como un clúster imprevisible que busca saltarse los patrones digitales para jugar con el remarketing, la publi personalizada, y cualquier otra automatización que me pongan por el camino.
Es decir, soy una cookie difícil de definir a la hora de aplicarme una campaña de marketing digital. Esto me viene de lejos… concretamente de mi anterior empresa, Acceso, una multinacional dedicada al conocimiento de medios y consumidor, a través del Big Data.
En Acceso, era la Directora de Marketing Digital y encargada de que la gente nos encontrara, nos considerara, nos comprara y ante todo posicionarnos como una empresa de referencia ante los ojos de nuestros clientes: más de la mitad de empresas que componen las 35 del Ibex y grandes marcas a nivel nacional e internacional.
En lo personal, también tengo un blog en el que hablo de marketing y podríamos decir que no he tenido mala acogida en el mundo digital, consiguiendo que mi pequeño bebé (mi blog), sea bastante conocido en España y Latinoamérica.
Vivía en Madrid y justo hacía menos de un año, me había mudado a una tranquila urbanización en Las Tablas, después de 5 años viviendo en Castellana, muy cerquita del trabajo.
Vida tranquila, trabajo tranquilo (bueno, el trabajo nunca es tranquilo y si lo es, es porque estás aburrido), hasta que todo se pone patas arriba el día que Víctor (CEO de Pinchaaqui.es) y María (COO), contactan conmigo a través de Skype.
No tenía intención de cambiar mi vida y Pinchaaqui.es tampoco tenía intención de “fichar” a alguien como yo, pero a través de esa conversación que duró un par de horas, en la que hablamos de mucho marketing, mucho dato y mucha risa, me quedó clara una cosa: quería formar parte de este proyecto y ellos también me querían a mí…
Y así, como el amor estaba en el aire y sentía pajaritos revoloteando en el estómago, comenzamos a darle forma a la idea de cambiar mi vida, mi trabajo, mis amigos y mi Madrid, por una aventura mágica al lado del mar… (soy una poeta, lo sé)
Para mi, no fue fácil anunciar mi despedida de Acceso: han sido muchos años y quiero mucho a esa marca, porque la forman gente espectacular. Atrás me he dejado a personas que siempre formarán parte de mi vida y que me han enseñado prácticamente todo lo que sé.
Pero la vida se compone de momentos y de historias diferentes y yo sentía que debía escribir un nuevo capítulo en mi libro…
En ese momento coges lo que más necesitas, que son los recuerdos, las enseñanzas y el cargador del móvil, todo por este orden. Arrancas el coche y no mirás atrás, siempre hacia delante.
Siempre he sido una pájara y en junio oficialmente me bauticé
Tras un mes muy intenso de cajas, muebles, camiones de mudanza y muchos kilómetros encima, llegué oficialmente al nido la primera semana de junio.
Me impresionaron las oficinas, las personas y el recibimiento: desde el minuto uno me sentí en casa y rodeada casi casi, de familia.
Mi objetivo: continuar con el crecimiento exponencial que ha tenido Pinchaaqui.es en estos últimos años e incrementarlo, a nivel marketing y a nivel ventas. Si quieres saber más cositas de mí, no te pierdas este vídeo en formato posado-robado, en el que adelanto algunos secretitos…
Me asusta, porque no quiero fallar, pero al llegar aquí me di cuenta de una cosa: cuando en una empresa hay buena materia prima, todo es más fácil y prácticamente fluye, solo tienes que trazar la línea del plan.
Poco a poco, ese miedo inicial al pensar en el cómo, en el cambio y en todo, se ha ido diluyendo, pero no se ha ido del todo, porque me niego a que se vaya. En el momento que dejas de sentir miedo por algo, es que ya no te importa.
Una de las cosas que más valoro, es el poder aprender. Siempre he pensado que el día en el que en un trabajo dejes de aprender cosas, es que ya has dominado el sistema o simplemente te has estancado, así que toca pasar página.
Siento que el mundo del marketing está muy castigado, al igual que el del periodismo y otras profesiones: hay mucho intrusismo. Esto provoca que la barrera de entrada a este mercado sea muy baja y que tengas que tener una competición constante por diferenciarte.
Decir que somos los mejores en el nido, es demasiado soberbio y un discurso fácil. Si fuéramos los mejores, no tendríamos retos y vivir aquí sin retos, es aburrirnos.
Lo que sí que tengo claro, es que tenemos una metodología, que a pesar de llevar muchos años en el mundo del marketing y haber conocido la estrategia de no pocas empresas, me ha llamado la atención.
No creemos en la estandarización, ni en vender a granel packs de servicios relacionados con marketing digital. Vaya error sería y qué forma más mala tendríamos de diferenciarnos.
Somos de entender al cliente, a los miembros de su empresa, mercado, sector y compradores. Con esto y basándonos en estudios de demanda y más acciones de research, somos capaces de crear estrategias de marketing diferentes las unas de las otras.
No hacemos marketing desde el punto de vista del vendedor, lo hacemos desde el punto de vista del comprador.
Esto es algo que me encantó cuando empecé a descubrir cómo trabajaban mis compis pajaritos
El ADN de Pinchaaaqui.es
Nuestro ADN hace que constantemente necesitemos adrenalina y desafíos para mantener la mente en marcha y aportar valor a nuestros clientes.
Y hablando de valores, otra de las cosas que más me gustó, fue entender desde el minuto uno, los valores que sustentan esta marca:
Querer, poder y ser buena persona… ¿Cómo podría decir que no a una empresa, cuyos valores son los mismos que los de unas de mis series favoritas en la infancia como es Bola de Dragón?
Querer: porque no hay nada imposible si le pones ganas a las cosas.
Poder: porque precisamente si quieres algo, puedes hacerlo y conseguir cualquier cosa que te propongas.
Ser buena persona: este valor, me llamó la atención especialmente, ya que las marcas muchas veces se deshumanizan y muchas empresas solo miran la producción y los números. En Pinchaaqui.es, si no eres la mejor versión de ti mismo para poder ofrecérsela a los demás, no estás en el nido, así de claro.
Y ahora, debo hablar de mis compis, porque me apetece y me da la gana.
En Pinchaaqui.es, me he encontrado tantos perfiles distintos de tantas personas diferentes, que da gusto sentarte un ratito con cada uno y aprender cosas que ni te sonaban.
Marina, nuestra doctora en matemáticas capaz de sacar patrones y modelizar datos, solo con verlos en un simple post-it. Clara, haciendo evaluaciones de UX/UI y poniendo en el centro al usuario, según sus pain y passion points.
Jessika, una niña increíble con una imaginación brutal, que hace que sus diseños o desafíos a la hora de aplicar el “branding” a una marca, sean únicos. María Castillo, la dulzura personificada que con poquitos años es muy muy grande.
Irene, la responsabilidad y la organización del equipo, es su sello personal. Dani, que se encarga de gestionar la marca Pinchaaqui y hacerla visible para el resto del mundo. Gus, que tiene una creatividad y un talento brutal y encima es el “papi” de nuestro famoso pajarito.
Reme y Bego, son la sonrisa con la que se encuentra cualquier cliente al entrar a la oficina y así da gusto y muy “buen rolling”.
Salva, Ernesto, Vincent, Rubén, Sonia, todo el equipo teki en general: da gusto trabajar con geeks y frikis, capaces de hacer cualquier desafío tecnológico que se les pase a nuestros clientes por la cabeza.
Alex y Sergio, se dejan la piel por cada cliente y cada nueva oportunidad.
Eva Tena, Victoria y David Marenyá, están a la cabeza del equipo The Classic y hacen que cada proyecto sea único y ganador.
Equipo Ave Fénix, con Gorka y Mar al frente. Su implicación con el cliente y creatividad, hace que siempre vuelen muy muy alto.
Promise, con Elena y David G. tripulando la nave, nos dejan a todos locos con su proactividad y organización impecable.
Por último y mención especial: María y Víctor, que sin ellos (y sin Carlitos Miñana), nada de esto hubiera sido posible. Gracias por dejarme formar parte de este proyecto y acogerme así en el nido, con las alas abiertas y preparados para volar muy alto.